Se trata de calambres o espasmos que normalmente afectan a las extremidades posteriores del caballo si bien en los casos más graves puede llegar a afectar a todo el cuerpo.
Suele producirse cuando el animal está realizando ejercicio después de haber disfrutado de una jornada de descanso.
Síntomas:
- El caballo aminora la marcha de repente y sin motivo aparente.
- Sus músculos se vuelven rígidos.
- Comienza a sudar.
Tratamiento:
- Bajarnos del caballo, en caso de que nos encontremos montando.
- Dejar que el animal se quede quieto, evitando movimientos excesivos.
- Mantenerlo caliente.
- El ataque deberá remitir pasado un rato, si no es así deberemos ponernos en contacto con el veterinario.